A sacar cuentas y hacer tu presupuesto

Este es el principio de nuestra vida financiera, lo único que nos permitirá respirar con tranquilidad: el presupuesto personal. No es nada complicado, basta una libreta, lapicero, mucha sinceridad, pero sobre todo una gran dosis de realismo.

En lo personal por años lo hice en mi agenda, así garantizaba llevarlo conmigo todos los días y podía incluir sin olvidos cualquier imprevisto que debiera presupuestar; ahora lo hago en Excel, pero no hay regla: podés hacerlo como te sintás con más comodidad, ya sea cualquier libreta, cuaderno o bloc que tengás.

El primer punto es contabilizar correctamente nuestros gastos fijos. Esto podés hacerlo para un período semanal, quincenal o mensual, según cómo percibás tus ingresos.

Aquí hay que incluir todo, hasta lo que consideremos el gasto más pequeño. Los fondos destinados al ahorro, pago de hipoteca, alquiler o lo que se aporte al lugar donde vive; el gasto en combustible, taxi o bus; el pago de colegio, guardería o CDI (si aplica), suscripciones como Netflix o Spotify; el pago de quien le ayude con las labores domésticas —ya sea permanente o si le llegan a lavar y/o planchar la ropa ocasionalmente—; las compras de víveres y productos para el hogar; el pago de deudas; servicios básicos, gastos de recreación y todos aquellos que debás asumir.

En mi caso, como mi ingreso fijo es quincenal, mi presupuesto está diseñado para igual período. Evitá cometer el error común de aplicar en una sola quincena el ciento por ciento de un pago grande. Por ejemplo, si pagás los 20 de cada mes 150 dólares por un préstamo de vehículo, no lo incluyás solo en su presupuesto de la primera quincena, te recomiendo dividir la cuota en partes iguales para las dos quincenas. ¿Por qué? Así te evitás la sensación ficticia de holgura en tus gastos de la segunda quincena, lo que provoca únicamente crearnos un nivel de consumo inapropiado que no podremos cumplir en la primera quincena, lo que podría llevarnos a usar formas de financiamiento para lograrlo, como las tarjetas de crédito.

Esta sugerencia la hago por lo que viví hace unos años. Cubría la cuota de un préstamo con el pago de la primera quincena, entonces con la segunda quincena sentía que tenía muchos más recursos, lo que me llevaba a gastar de más. Cuando llegaba nuevamente la primera quincena quería hacer las mismas cosas que en la quincena anterior, pero obviamente no podía porque disponía de menos dinero.  Repartir los gastos grandes en los dos pagos, o en cuatro –en caso que te paguen semanal— te permitirá adaptarte al mismo ritmo de gastos para todos los períodos.

Una vez hayás cuantificado todos tus gastos, debés contrastarlos con tus ingresos netos (después de deducciones). Tu meta debe ser que los ingresos sean superiores a los gastos. Si no es así, es momento de revisar en qué partidas de gastos podés reducir y ajustarte el cinturón.

La clave para tener un presupuesto exitoso es ser realista. No intentemos llevar una vida que nuestros ingresos no nos permiten. Yo quisiera almorzar diario en el mejor restaurante de Managua, ¿mis ingresos me lo permiten? No. Entonces debo buscar la alternativa más económica, que bien puede ser preparar la comida y llevarla al trabajo, o comprarla hecha en un lugar que sí se ajuste a mi presupuesto, siendo la primera opción la más bondadosa con mi bolsillo.

La diferencia entre tus gastos fijos e ingresos será tu disponibilidad para gastos extraordinarios, ya sea alguna compra, o engrosar más tus ahorros. Pero hay que ajustarse. Si solo trescientos córdobas “extra” te quedaron, solo eso podés gastar fuera de presupuesto.

Ojo con esto. El primer error financiero que cometemos con nuestro pago es que generalmente tomamos nuestros ingresos,  nos vamos de paseo o compramos algo no presupuestado y hasta después vemos cómo cumplimos con nuestras responsabilidades. Si procuramos priorizar nuestros compromisos antes que esos “gustitos”, nos evitaremos muchos dolores de cabeza y poco a poco tendremos más sanidad financiera.


 

2 Comment(s)

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    11 septiembre, 2017

    […] viene, las cosas vitales y que no podés obviar; aunque lo ideal es que empecés a presupuestar (aquí te enseño cómo). Olvidate temporalmente de las salidas y gustitos –al menos durante estas quincenas en que vamos […]

  2. Cómo empezar a ahorrar cuando no tenés el hábito
    26 septiembre, 2017

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