Alerta, emprendedora: estas son las desventajas que debés superar


Por si no sabías, en Nicaragua el 28.4% de las empresas pertenecen exclusivamente a mujeres, cifra que se eleva hasta el 30.5% en el caso de los micro-negocios  (de 1 a 5 trabajadores), según datos de la Encuesta de Empresas Sostenibles Nicaragua 2015, la cual evidencia que conforme la empresa es más grande, la participación de mujeres dueñas se reduce, hasta llegar a 0.9% en el caso de las grandes (con más de 100 trabajadores).

Esa es sólo una de las tantas evidencias que muestran el rezago de las  mujeres en el mundo de los negocios. Esta semana la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (FUNIDES) presentó en conjunto con la Red de Empresarias de Nicaragua (REN), el estudio “Obstáculos que enfrentan las mujeres emprendedoras en Nicaragua para acceder a beneficios fiscales”, que revela más datos de análisis sobre la situación de las mujeres propietarias de empresas, en este caso las de negocios de cuero-calzado y panaderías.

El estudio perseguía conocer los factores (internos y externos) que inciden a la hora que los negocios optan o no por usar incentivos fiscales, es decir: utilizar las herramientas que las leyes nicaragüenses les dan para aliviar su carga de impuestos, específicamente en el pago del Impuesto al Valor Agregado (IVA) y el Impuesto Selectivo al Consumo (ISC).

Se encuestaron un total de 188 empresas, de los cuales solamente 139 eran formales (estaban inscritos ante la Dirección General de Ingresos,DGI, principalmente como Cuota Fija, con 89.1%). Los negocios analizados son  Masaya, Granada, Managua, Carazo y Estelí y la información fue proporcionada por la persona encargada. ¿Por qué el análisis se centró en las empresas registradas ante la DGI? Porque son las únicas que pueden tener acceso a los incentivos fiscales.

Más educadas pero menos informadas

Pese a que las mujeres mostraron tener mayor nivel educativo que los hombres (un porcentaje más elevado de mujeres tiene estudios universitarios en relación a los hombres, 54.3% versus 47.8%), están menos informadas sobre el pago de impuestos, son más propensas a no llevar registro de las cuentas de su negocio y son quienes menos hacen uso de software para ello. Y, por si fuera poco: tienen menores probabilidades de conservar incentivos fiscales, en el caso que hayan accedido a ellos.

“Si bien prevalece la percepción de utilidad de las exoneraciones entre los negocios encuestados, los resultados reflejan que el bajo uso de las exoneraciones se debe al poco conocimiento sobre el proceso para exonerar y no al desconocimiento del beneficio entre las y los empresarios”.
Juan Sebastián Chamorro, Director Ejecutivo de FUNIDES durante la presentación del estudio.

El documento dejó en evidencia que un menor porcentaje de mujeres (en relación a los hombres) ha recibido capacitaciones o asesorías sobre el pago de impuestos (39.1 versus 35.7 por ciento). Además, entre quienes dijeron que han buscado capacitaciones por su cuenta, la mayoría son hombres y sólo el 32 por ciento son mujeres.

Un factor relacionado pudiera ser la baja asociación a gremios de las mujeres empresarias: sólo el  17.9% de los negocios de mujeres dijeron que lo estaban. Esta imagen es de la presentación oficial del estudio:

 

Sólo el 30% de los negocios encuestados hace uso de las exoneraciones actualmente, cantidad que se ha venido reduciendo. ¿Por qué una cifra tan baja? Las empresas lo atribuyen a que los trámites son difíciles, la solicitud de documentación es excesiva, que instituciones que se deben visitar para ello están muy lejos y tienen dificultad para hacer trámites en línea. “Los negocios propiedad de mujeres perciben más las dificultades antes mencionadas”, destaca el documento oficial.

¿Qué hay detrás de todo esto? Durante el evento de presentación de estos resultados, se tocó un punto del que muy poco se habla, pero que pudiera ser uno de los factores que inciden en estas cifras: el doble rol que deben asumir las mujeres empresarias.

Paralelo al manejo del negocio, la mujer (aún siendo la propietaria) es sobre quien recae la administración del hogar, el cuido de los hijos y personas mayores, lo que en gran cantidad de casos se refleja en menos tiempo para atender asuntos prioritarios de la empresa. Y mientras esto no cambie, las perspectivas de los negocios de mujeres no son alentadoras, por lo cual, querida emprendedora, debemos hacer un esfuerzo por buscar soluciones para dar el tiempo y esfuerzos necesarios para hacer crecer nuestros negocios, delegando tareas domésticas y exigiendo a los actores correspondientes mayor conciencia y difusión sobre la necesidad de hacer estos cambios.


 

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