Habrá más desempleo: vienen más efectos para todos

Para nadie es secreto que 2018 fue un año duro en el campo laboral. El Informe de Coyuntura que elabora la Fundación Nicaragüense de Desarrollo Económico y Social (FUNIDES) refleja que sólo el número de afiliados al Instituto Nicaragüense de Seguridad Social cayó en 158 mil personas. Y digo “sólo” porque los datos del INSS apenas representan una fracción del mercado laboral nicaragüense.

La mala noticia es que este año no será diferente y lo que está pasando en materia laboral en el país es un tema que debe involucrarnos a todos –tengamos empleo o no–, por sus repercusiones.

¿Por qué deberíamos ver con preocupación los datos que mencioné arriba del INSS? Porque el dato de los afiliados representa el empleo formal de la economía, el cual tiene mejores índices de productividad y mejores salarios en comparación al resto de empleos que genera la economía nicaragüense.

Si el número de afiliados disminuye, entonces también lo hace la productividad del país, además que esas personas que salen de los empleos formales pasan a insertarse en actividades o trabajos informales, lo cual presiona a ese segmento laboral, al haber más personas demandando generación de empleos en un mercado en crisis.

Desempleo en Nicaragua

¿A quién afecta esto?

Golpea mucho los ingresos de los hogares, especialmente el de los más pobres y como resultado de esto:

En toda la economía nacional se estará produciendo una reducción en la demanda por parte de los hogares, lo cual a su vez implicará que las empresas, especialmente aquellas que atienden la demanda interna, verán sus ventas caer, con lo que se profundizará la recesión económica y se producirá más desempleo, tanto formal como informal”, advierte FUNIDES.

¿Qué empleos se han perdido?

Contrario a lo que muchos piensan, de que ha sido la gran empresa la que más ha resentido la crisis y la que más recortes ha hecho, las estadísticas oficiales evidencian lo contrario: son las pequeñas empresas y los trabajadores por cuenta propia quienes más han salido del INSS, según se puede constatar en el Informe de Coyuntura de FUNIDES.

Y la reducción más dramática se ha dado en los afiliados al régimen facultativo, cifra que podría haberse reducido aún más luego de la entrada en vigencia de la reforma INSS que elevó considerablemente la aportación.

¿Qué pasará este año?

Mientras la economía siga cayendo, lo mismo pasará con el empleo formal. Por tanto, para este año se anticipa una reducción adicional del empleo, tanto formal como informal.

Y precisamente recuperar esos empleos perdidos dependen de qué ocurra con la economía: el Producto Interno Bruto tendría que retornar al crecimiento para que nuevamente el empleo formal se recupere.  El problema es que al menos para este año no hay expectativas que esto ocurra (mientras el FMI espera un -5%, el Economist Intelligence Unit considera que será de -5.5% y FUNIDES tiene un rango de entre -7.3 y -10.9%).

Esto no solo no permitirá la recuperación, sino que provocará pérdidas adicionales de los cotizantes del INSS. A medida que se vaya retomando el crecimiento económico positivo es que los empleos empezarán a crearse, pero eso no se ve cercano. El mismo Economist Intelligence Unit visualiza una contracción adicional de 2.6 para 2020 y apenas un tímido crecimiento de 1.3% hasta en 2021”, en caso que no se resuelva la actual crisis política.

Y el hecho que el empleo se siga reduciendo nos afecta a todos pues el consumo continuaría cayendo, golpeando toda la economía.

Y todo esto ocurrirá mientras las finanzas del INSS siguen en declive, lo cual se agudiza al   reducirse los ingresos que percibe por afiliaciones. Según estimaciones de FUNIDES “la reforma no rendirá mucho, tanto así que incluso 2019 cerraría con déficit para el INSS”, que aunque fuera menor al que se habría dado sin reforma, sigue siendo déficit, presionando cada vez más las deterioradas finanzas del Seguro Social, lo que podría tener más repercusiones para pensionados, asegurados y empleadores.

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