Financiar el negocio con tarjetas de crédito: ¿conviene o no?

 


Ya sea porque se quiere ingresar a nuevos mercados, ampliar el inventario o las ventas al crédito, lanzar nuevos productos o mejorar la actual producción, las empresas –independientemente de su tamaño– necesitan financiamiento.

Como sabemos, en Nicaragua las micro y pequeñas empresas (la gran mayoría en el país) carecen de opciones de financiamiento, por lo cual muchas veces se echa mano a las tarjetas de crédito para inyectar dinero al negocio, pero ¿conviene realmente?

En internet podrás encontrar muchas publicaciones que recomiendan usar las tarjetas de crédito como forma de financiamiento para pequeños negocios por ser más baratas que los créditos regulares (en Estados Unidos, por ejemplo) pero en Centroamérica la realidad es otra y las tarjetas de crédito fácilmente pueden duplicar la tasa de interés de los créditos para empresas y hasta la tasa de los personales.

En Nicaragua la Tasa de Costo Efectiva Anual (TCEA, que incluye otros cargos y comisiones adicionales a la tasa de interés) de las tarjetas de crédito van del 44 hasta el 67 por ciento anual en córdobas y del 19 al 34 por ciento anual en dólares, por tanto se convierte en un financiamiento demasiado costoso para la gran mayoría de negocios.


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¿Cómo se puede saber si es el caso de su empresa? Para que un financiamiento sea rentable, el margen de ganancias que vas a obtener de lo que vayás a hacer con ese dinero debe ser  mayor que su costo. Es decir, si pensás financiarte con una tarjeta de crédito revisá qué tasa te cobra y sopesá si los frutos de la inversión serán realmente mayores, de lo contrario no lo hagás.

Ahora bien, no todo es malo: sí puede usar la tarjeta para cubrir gastos relativamente pequeños y por algunos días, nunca verla como una forma de financiar una inversión de mediano o largo plazo. Por ejemplo, para programar débitos automáticos de los servicios básicos, o compras para mantenimiento o reparaciones imprevistas y para compras en línea.

Si vas a hacerlo debés tener claros (y memorizar) tu fecha de corte y fecha de pago, para que podás usarla sin pagar intereses o pagando lo mínimo posible. Al mismo tiempo acumularás puntos o millas –según la tarjeta – que te permitirán cubrir eventualmente algún gasto.

Te doy un ejemplo sobre la importancia de ese dato: suponé que tu fecha de corte es el 28 de cada mes, pero como  no lo sabés, hacés una compra no es urgente el 27. Como en tu mente está la idea de que “se acaba de hacer la compra”, omitís el estado de cuentas y hacés el pago hasta varias semanas después, sin saber que esa compra ya fue cargada a tu cuenta, ya se pasó la fecha límite de pago y, además, tenés un cargo por mora.

En cambio, si esa compra la hacés el 29, se verá reflejada hasta en el estado de cuentas del siguiente mes y a partir de la fecha de corte en que aparece la compra tenés tres semanas para pagar sin intereses, únicamente el mantenimiento de valor —en caso de que la compra haya sido en córdobas—. Tendrías unos 50 días de plazo para pagar sin intereses y solo por saber cuándo es su fecha de corte.

Como verás, las tarjetas de crédito sí pueden usarse en las empresas, pero deben manejarse de forma inteligente. Y recordá que cada cierto tiempo debés revisar cómo anda el nivel de endeudamiento de tu empresa, el que no debe exceder dos tercios de sus activos totales. Esto no se deben incluir deudas personales, siempre las finanzas del negocio y las suyas deben estar bien separadas.


No te perdás: Lo que debés saber sobre tu tarjeta de crédito


 

1 Comment(s)

  1. Qué tomar en cuenta al buscar un crédito de negocio - Dele Peso a sus Pesos
    19 febrero, 2018

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